Las 4 tareas del predicador
Pensaste que estar en el púlpito para predicar era el momento cuando la paloma del Espíritu Santo iba a tomar lugar sobre tu hombre izquierdo -en el lado del corazón- y el mensaje de Dios comenzaría salir de tu boca, con gran poder y belleza, redundando en el aplauso frenético de la multitud reunida. O tal vez creíste que repetir…