Así era la Reforma

Un viaje por su significado actual (Artículo completo)

Para una comunicación nacida en el seno de un seminario bíblico evangélico con la intención de conmemorar los más de 500 años de la Reforma protestante, no podría haber mejor introducción que la que precedió a los 95 Tesis que pusieron en movimiento uno de los procesos más significativos de la historia humana. Citamos:

Por amor a la verdad y con la intención de profundizar en ella, deben ponerse a discusión en Wittenberg bajo el presidio del dignísimo Padre Martin Luther, magister de los artes libres y de la santa Teología así como su profesor ordinario ahí mismo, las siguientes sentencias. Por lo que pide a los que no podrán estar presentes y debatir oralmente con nosotros, hacerlo en ausencia por escrito. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Amén.

Si Lutero hubiera dispuesto de nuestros medios de comunicación, habría hecho lo que estamos haciendo aquí, es decir, abrir un espacio virtual donde seminaristas, maestros y la comunidad cristiana podemos encontrarnos de forma constructiva, crítica y de acuerdo con los principios de toda la discusión nuestra:

…honren en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con gentileza y respeto, manteniendo la conciencia limpia, para que los que hablan mal de la buena conducta de ustedes en Cristo, se avergüencen de sus calumnias.   (1 Pedro 3:15-16)

Conviene dar a conocer el espíritu que nos anima frente a la Reforma. Una distancia de 500 años es una medida adecuada para evaluar si existe un mensaje que haya perdurado por el tiempo y apreciar al impacto y a los efectos -para bien o para mal- que haya generado. Con este fin nos parece bien hacer tres recomendaciones:

  1. NO espiritualizar la Reforma: su nacimiento está inseparablemente vinculado al Desarrollo histórico del mundo y su éxito se debe en igual medida a las vicisitudes políticas y sociales de su época.
  2. NO idealizar la Reforma: sus actores tenían virtudes, deficiencias y fallas humanas; entre sus consecuencias también se encuentran algunas de impacto negativo y desastroso para el destino de la humanidad.
  3. NO limitar la Reforma: su repercusión excedió por lejos al ámbito religioso, cambiando la cosmovisión de un continente y su expansion; y también transcendió a su sociedad contemporánea para llegar hasta hoy.

Lo que nos conduce a declarar cuáles son las inquietudes en el origen de nuestras tesis para la Iglesia del aquí y del hoy:

¿Creemos que ya todo lo sabemos o seguimos buscando la verdad fundamentada por la interpretación teológica? ¿Preferimos aceptar conceptos que no desafíen nuestra cosmovisión o rechazamos los pretextos cómodos de no reformarnos? ¿Cuál es nuestra responsabilidad heredada como ministros competentes del Nuevo Pacto, administradores fieles de la Comisión de Cristo y de los reformadores que arriesgaron todo?

En su Tercer Milenio, la Iglesia tendrá que ponerse de acuerdo en responder y llegar a reformarse hasta alcanzar su plena identidad en Cristo.

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